Thursday, April 16, 2009

Murió el pensador italiano Franco Volpi, reconocido experto en filosofía alemana

"El nihilismo puede ser un antídoto del fanatismo", sostenía el escritor


Universidades de su país manifiestan consternación por el deceso del prestigiado académico

Fue una de las máximas autoridades en la vasta y profunda obra de Martin Heidegger
Agencias


Roma, 15 de abril. El filósofo Franco Volpi (Vicenza, 1952), reconocido como uno de los especialistas en filosofía alemana más destacados del mundo, murió ayer luego de haber permanecido en coma desde el lunes, debido a un accidente vial que sufrió mientras conducía su bicicleta en San Germano dei Berici (noreste de Italia).

La prensa italiana informó que la fiscalía de la ciudad de Vicenza abrió una investigación para averiguar si existe un posible delito de homicidio culposo contra el automovilista que atropelló a Volpi, pues, según testigos, se pasó un alto.

Profesor de historia de la filosofía en la Universidad de Padua y colaborador habitual del diario La Repubblica, el escritor era una de las máximas autoridades en la obra de Martin Heidegger. En particular, sus investigaciones se centraron en la relación entre la filosofía y la sicología actual.

Entre sus numerosas obras figuran El nihilismo (1996), Heidegger y Aristóteles (1984), Los próximos titanes: conversaciones con Ernst Jünger (1997) y Sobre la fortuna del concepto de decadencia en la cultura alemana (1995).

Franco Volpi impartió clases, entre otras, en las universidades de Niza (Francia) y Laval (Canadá), así como en las de Valparaíso y Santiago, en Chile.

Solía afirmar que "el hombre es un animal que a veces imagina ser hombre".

Notable conferencista

Universidades italianas manifestaron ayer su consternación ante la noticia y aseguraron que perdieron a uno de sus mejores catedráticos. El maestro había ofrecido charlas, conferencias y seminarios en casi todo el mundo, hablaba perfectamente cinco idiomas y había traducido del alemán la obra de Heidegger sobre Nietzsche.

A propósito de este autor, al que tanto admiraba, Volpi dijo en numerosas ocasiones que se trataba de un escritor y pensador sin par, “no sólo por la calidad estética y la profundidad teórica de su obra, sino porque registró, como un sismógrafo sensible, las convulsiones de nuestra época. La crisis de los valores, el agotamiento de los ideales de la tradición vetero-europea y la ‘muerte de Dios’”.

Respecto de uno de los conceptos que tanto exploró, el nihilismo, señalaba que no había que temerle pues, explicaba, "los que ponen bombas y se suicidan no son nihilistas, todo lo contrario; tienen una fe, ya sea ideológica o religiosa. El nihilismo puede ser un antídoto del fanatismo. Ha roído las verdades y debilitado las religiones, pero su relativismo también anula el dogmatismo y ha derrumbado al totalitarismo. Prefiero ser nihilista a ser fanático. Cuando ya no se sostienen los discursos trascendentes, en la globalización traída por la técnica y las masas, hay que operar en las convenciones sin creer mucho en ellas".

Franco Volpi visitó México en noviembre pasado, como parte de la delegación de escritores invitados por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En la última conferencia que dictó en el país afirmó que la muerte debía sorprendernos haciendo lo que nos gusta, y así fue su caso.

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