Monday, November 14, 2011

La pérdida de Cuatro Ciénegas, compromiso con la ciencia, con la humanidad



Por: 
Elena Poniatowska



Cuatro Ciénegas es un valle con una extensión de 200 kilómetros en el desierto de Coahuila. Emergió del mar hace muchos millones de años, cuando la corteza terrestre se dividió, el valle quedó aislado por las diversas montañas que lo rodean y en la laguna comenzó una forma de vida muy singular que es un tesoro invaluable para la humanidad. En Cuatro Ciénegas es posible encontrar especies animales y vegetales endémicas que tuvieron un proceso evolutivo como el que encontró Charles Darwin en las islas Galápagos.
El ecosistema existente es único en el mundo. Su importancia es tan grande que científicos de otros países se interesan en estudiar esta zona, ya que Cuatro Ciénegas es lo más cerca que podemos estar del comienzo de la vida en la Tierra. Aquí hay bacterias tan antiguas que se desconocen, porque sólo sabemos de las que ya fueron catalogadas; peces, tortugas y aves que no sobrevivirían en un zoológico; plantas propias de este sitio que morirían en un invernadero. ¡La NASA ha estudiado el lugar con el fin de comprender al planeta Marte! Se trata de un punto clave para entender el origen de la vida en la Tierra.
Si es tan importante para los extranjeros, instituciones como la NASA y científicos e investigadores mexicanos, ¿por qué los órganos del gobierno federal no prestan la atención que Cuatro Ciénegas y su situación de supervivencia exigen?

“Esa agua le daba de beber a las criaturas más antiguas que conocemos, ellas transformaron el planeta tierra en un planeta habitable. Cuando ellas surgieron en el Arqueano, hace 3 mil 800 millones de años, la atmósfera era irrespirable, era de CO2. El CO2, dióxido de carbono, es con lo que te puedes suicidar, si quieres; y el mar, es ácido sulfúrico. Estas pequeñas criaturitas, que sobrevivieron para contarnos la historia de Cuatro Ciénegas, cambiaron primero la atmósfera a una atmósfera de oxígeno que ahora respiramos y luego precipitaron una gran glaciación, que se le llamó ‘la bola de nieve 2’, que le dio agua fresca con fósforo y oxígeno a las primeras algas, aquellas que descubrió la eminente científica Lynn Margulis y gracias a eso estamos aquí, porque esas pequeñas bacterias que hacen los estromatolitos en Cuatro Ciénegas cambiaron el destino del planeta. A ellas les debemos no sólo la civilización sino el estar vivos.
“A pesar de que en 1994 fue declarada área protegida, la extracción desmedida de agua ha generado daños irreversibles y pérdidas tan grandes como la del Valle Intermedio. Esta tragedia deriva de la ignorancia y la corrupción total de la Comisión Nacional del Agua (CNA) que ahora sí que se lava las manos y permite que cientos de miles o millones de especies bacterianas endémicas del sitio se mueran antes de que podamos recogerlas y estudiarlas.
La doctora Valeria Souza Saldívar es profesora de la Facultad de Ciencias e investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el área de ecología evolutiva y evolución molecular de los microorganismos. Los estudios que hace sobre las causas de la diversidad en Cuatro Ciénegas la llevaron a incursionar en la difusión de la ciencia y en la conservación del valle. Para ella, Churince representa una máquina del tiempo en peligro de extinción, por lo que ha emprendido una batalla colosal para rescatar lo que todavía puede salvarse.
En octubre, ya los peces habían muerto por falta de agua, las tortugas habían rasguñado la tierra antes de morir, Valeria Souza se encontró con un tapete macabro que la sentó a llorar sobre los restos de los peces muertos. Lo que más me dolió fueron los rasguños de las tortugas marinas buscando el agua que ya no hay. Las patitas de los coyotes y de los mapaches las encontraron agotadas y se las despacharon cuando ya habían muerto de agotamiento buscando el agua. Los estromatolitos estaban totalmente muertos. Es un crimen, un ecocidio. Lo que me tiene más rabiosa es que se pudo haber evitado, dimos la alarma a tiempo y el gobierno que en teoría iba a actuar, no hizo nada porque le dio la tarea a un inepto: José Luis Luege Tamargo, el comisionado del agua.
Presumimos de ser un país lleno de historia, tradiciones y gente única. Nos enorgullece la riqueza cultural, la generosidad, la biodiversidad del territorio nacional, pero habrá que preguntarnos cómo protegemos nuestro patrimonio y a qué hora lo defendemos.
–Cuando hicimos tu primer artículo en 2004 –dice Valeria Souza– Cuatro Ciénegas todavía tenía oportunidades de sobrevivir, era un primer aviso de lo que podía pasar. Resulta que teníamos toda la razón. El mar frágil murió en octubre de este año. Churince es el lugar más antiguo de Cuatro Ciénegas; es la máquina del tiempo, el sitio que no fue enterrado y por lo cual podemos conocer el origen de la diversidad de nuestro planeta”.
“Le advertimos a José Luis Luege Tamargo del peligro de seguir sacando agua. Antes de 2007, el comisionado nacional del agua, Cristóbal Jaime Jáquez, era accionista de Lala, la compañía lechera. En Cuatro Ciénegas el agua no está regulada, cualquiera puede sacar la que quiera. Para las vacas de Lala se sembró alfalfa en el desierto, un lugar que por definición no tiene agua y se recurrió a Cuatro Ciénegas, el lugar menos indicado que explotaron grandes compañías lecheras (Lala, Nestlé, Alpura) además de los ejidatarios. En 2006 se hizo mucho revuelo porque empezó a lastimarse el ecosistema y armamos grandes protestas. En 2007 el presidente Calderón y el secretario de Semarnat, Juan Elvira, prometieron cuidar a esta fabulosa laguna. No sólo eso, el Congreso de la Unión dio 350 millones de pesos para salvarla, a los que el estado de Coahuila puso otros 400 millones de pesos.
“Lo que me parece criminal es que si el presidente de la República ordenó salvar el sitio y tocó esa tarea a la CNA, José Luis Luege Tamargo no haga nada y la laguna pierda su agua por la sobrexplotación de las grandes compañías lecheras.
“En 2011 el presidente de la República ordenó: ‘Salven el sitio, reconstruyan, restauren Cuatro Ciénegas”. Lo que los hidrólogos de la CNA hacen es bombear más rápido el agua para afuera, además de que nunca pararon la extracción. Todo lo han hecho mal. No hay veda, cada quien saca el agua que puede, lo más rápido que puede.
“Durante tres años llovió más de lo esperado en Cuatro Ciénegas, entre 2007 y 2010, pero en 2011 sólo llovió 30 milímetros en todo el año, y un sitio que había durado 200 millones de años con agua y nos daba la posibilidad de conocer el origen de la vida, ahora no tiene nada. Trabajamos con la NASA ahí, porque es el lugar que se parece más al mar del pasado. De Cuatro Ciénegas ya tenemos los datos científicos, es nuestra única ventana en el planeta para entender el pasado, un mundo primitivo donde ni siquiera los dinosaurios existían, y después de que estas bacterias que nos dieron vida, gracias a las cuales tenemos oxígeno han logrado sobrevivir miles de millones de años, las matamos en Cuatro Ciénegas.
“Solo cinco años nos tomó asesinar Churince y ahora queremos salvar los dos tercios del valle que aún pueden rescatarse si se actúa rápidamente y se para la extracción del acuífero con un decreto presidencial de ‘¡Salven esto!”’
La creación de un laboratorio en aquella zona ayudaría de manera significativa a su conservación y protección, según Valeria Souza. A través de un programa, los pobladores se beneficiarían con los proyectos desarrollados porque todo se haría en función de su bienestar.
“Es inconcebible que se pierda la riqueza de Cuatro Ciénegas por la apatía y la soberbia de individuos como Luege Tamargo instalados en el poder que no tienen la menor idea de la riqueza científica del valle y restan importancia a lo mejor por intereses inconfesables. Si lo que los políticos buscan es popularidad y la simpatía de la gente, que lo consigan a través de un trabajo dirigido al bienestar de la población mexicana y no enfocado a sus intereses personales.
Lo primero es cuidar las maravillas naturales y culturales del país para que no se quede en un recuerdo y digamos: En Cuatro Ciénegas había agua, era una fuente de conocimiento única en el mundo pero nos lo acabamos. Sería muy triste que en un futuro todo lo justifiquemos con un si hubiéramos hecho, porque ese es nuestro mayor escudo, la excusa de nuestra ignorancia y nuestra descomposición.
“No cuidar el pasado, no cuidar lo que tenemos, no reconocer a la gente que vale, es parte de nuestra idiosincrasia pero en este caso nuestra responsabilidad es hacia el planeta. Este sitio que tocó a México es el único de su tipo en el mundo. Tenemos muchos datos científicos que dicen que no hay otro Cuatro Ciénegas, que es la única ventana al pasado. No hay otro Cuatro Ciénegas y yo creo que la humanidad no nos va a perdonar este descuido tan mexicano, que es básicamente soberbia y estupidez de nuestros gobernantes.
“Aún es tiempo de rescatar lo que queda en Cuatro Ciénegas, sólo falta el decreto del presidente de México que ordene que se detenga y castigue la extracción, indiscriminada e inconsciente, del agua de Cuatro Ciénegas y los valles aledaños. Churince ya murió, sus bacterias lograron sobrevivir mucho tiempo con secretos guardados que no conocemos, pero ya no existen. Quedan dos terceras partes del acuífero en el valle que pueden salvarse. En Cuatro Ciénegas el agua lo es todo, siempre y cuando exista el agua que nutre a las bacterias.
“Cuatro Ciénegas es tan importante que nos invitaron al despegue de la nave que va a llevar el primer laboratorio de exobiología a Marte. El laboratorio se llama Curiosity y tiene un robotcito, Curioser, que explorará un cráter en Marte que se parece mucho al Churince que se nos murió en Cuatro Ciénegas. Churince era el único análogo del planeta primitivo y de cómo fue Marte en el pasado, lo matamos, así de fácil.
“Todavía tenemos este invierno donde hay menos evaporación, menos sol para tomar las medidas urgentes que salven a Cuatro Ciénegas.
“La nuestra es una tragedia de importancia mundial. La revista Nature, el pasado agosto, justo antes de que se muriera el lugar, publicó una nota en la que decía que todas estas bacterias que hacen los estromatolitos podían haber dado a México nuevos antibióticos y enzimas contra la contaminación del petróleo, la de todos los procesos químicos, el arsénico de Torreón, criaturas que podían comer la basura y limpiar al Golfo de México del petróleo.
El potencial genético que tienen estas criaturas son capaces de convertir a Cuatro Ciénegas en un polo de desarrollo biotecnológico, a cambio de su conservación. En todo este enorme movimiento de ciencia para la gente, los mejores científicos de México se ponían al servicio de los ejidatarios a través de la exploración de estas criaturas que viven en el agua de Cuatro Ciénegas, rica en sulfatos, muy pobre en nutrientes, rica en minerales. Es un agua muy antigua, por lo menos de 15 mil años, según el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, pero eso es tan viejo como ver el marcador que usaron que se llama Carbono 14. Cuatro Ciénegas tuvo agua de 220 millones de edad hasta antier.

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